viernes, 12 de agosto de 2011

Recuerdos de la temporada 93-94 PARTE II



Toluca volvió a creér en su equipo.

Los partidos pasaban y el equipo se veía sólido, era difícil arrancarle alguna victoria o empate tanto de local como de visitante, al fin los diablos conseguían una gran campaña, la ciudad comenzaba a creer en sus diablos rojos, yo cada fecha de la campaña que pasaba sentía que mi corazonada de antes de iniciarse la temporada iba por excelente trayecto, soñaba con que mis diablos iban levantar la tan añorada copa de campeón de liga y la verdad es que el equipo me daba muchas alas para seguir con mi sueño, pues los diablos volvían a dar de que hablar en el futbol nacional quedando en el tercer lugar de la tabla general de dicha competencia.


El Capitan Marcelino Bernal. Pilar del equipo rojo de esa temporada.

Llegaba de nuevo una liguilla a la ciudad de Toluca en aquella temporada con un equipo muy competitivo, el equipo con sus buenos resultados había generado mucha expectación entre los aficionados rojos y en los que no también, ya que por muchos años la afición toluqueña habíamos sufrido del ayuno de vivir una liguilla por el título de liga; de nuevo se volvieron a ver banderas rojiblancas por la ciudad, la gente de nuevo se enfundo en los colores rojos, toda la ciudad le volvió a ir al Toluca.

Y llego el primer partido de liguilla de la 93 – 94, Toluca como tercero de la tabla general debió enfrentar al actual Campeón de ese entonces “los potros de hierro” del Atlante dirigidos por Ricardo Antonio La Volpe y quienes entre sus filas contaban con la ex-estrella roja Wilson Graneolatti y quien dicho sea de paso era el alma del conjunto “azulgrana” de esa época.

El primer partido de los cuartos de final de disputo en el estadio Azulgrana ahora estadio Azul en la Colonia Noche Buena la noche del 14 de abril de 1994, mi familia y yo nos disponíamos a ver dicho encuentro en el comedor de casa, en la merienda, pues desafortunadamente no pudimos asistir al estadio.

El partido comenzó con un Atlante muy enjundioso al ataque, pero los rojos supieron contrarrestar los empates locales con orden en todas sus líneas y excelente marca a los jugadores clave de los potros como: Andrade, Trapazo, Cantú y Salvador; y fueron precisamente los Diablos Rojos del Toluca los que se fueron al frente en el marcador, casi al finalizar el primer tiempo por conducto de Arnulfo Tinoco con un excelente remate de cabeza a servicio de Marcelino Bernal en tiro de esquina, venciendo al cancerbero Félix Fernández, fue la locura en la casa, los gritos se escucharon en toda la cuadra, ¡volvíamos a saber lo que era que el Toluca anotara en la liguilla!, fue un gol especial, nos daba mucho aliento; así termino el primer lapso del partido con marcador favorable a los rojos 0 a 1 sufrido, pero se ganaba.


Una de mis alineaciones favoritas en la 93-94 sobresalen mi compadre Hernán Cristante y Nildeson Silva de Mello

Para la parte complementaria me imagino que el estratega La Volpe hablo fuerte en el vestidor con sus jugadores y movió sus piezas, se vio a un Atlante volcado al frente y a un Toluca aguantando con la excelente marca de todos sus líneas y con la suerte algunas veces ante las buenas atajadas de Juan “el venado” Gutiérrez, pero fue casi al finalizar el encuentro cuando el delantero argentino Christian Trapazo empato los cartones con un zurdazo que venció la estirada de Gutiérrez, ese gol cayo como agua helada en la ciudad de Toluca, me entro un vacío en el estómago, un poco de impotencia por lo que había ocurrido, pues se escapaba la victoria y casi la inminente calificación a cuartos de final, pero ya esperaba ansioso el partido de vuelta aquí en nuestra casa “La Bombonera”.

El día esperado para muchos aficionados rojos llego el 17 de abril de 1994 la liguilla volvía a la cancha de la bombonera que registró un lleno que hacía mucho tiempo no se daba, para mí fue muy emocionante ver aquellas tribunas llenas de aficionados rojos, aquellas mismas tribunas que tiempo atrás eran gélidas y hostiles para muchos, casi nunca las había visto llenas de puros aficionados al Toluca; en fin, todo estaba servido para que los diablos ganaran el partido e instalarse en las semifinales del campeonato 93-94.

Aquel día el diablo mayor preparo algo muy especial para la salida de los jugadores, muchos cohetones estruendosos y más banderas, era una fiesta total; no había nadie en el estadio que no gritara porras, nadie que no tuviera puesta la gloriosa camiseta roja, algo inolvidable.

Inicio vertiginosos el primer tiempo, con ambas escuadras al frente, se vio un futbol muy ofensivo y fueron los potros los que se fueron al frente con un remate de cabeza de Graneolati que nos dejó fríos por un rato, pero no dejamos de apoyar al equipo con el clásico gritos que por cierto hace tiempo no escucho en la bombonera de: ¡Toluca, Toluca, Toluca! Los diablos se fueron al frente y el gran Marcelino Bernal emparejo el marcador con un derechazo de fuera del área venciendo el gran lance de Fernández que poco pudo hacer ante el gran disparo rojo, ¡exploto la bombonera! Los gritos y porras cada vez fueron más fuertes y al poco tiempo Jorge Rodríguez nos puso al frente, ¡era una autentica sucursal del manicomio la bombonera! El Toluca estaba en camino de ir a una semifinal; en mi mundo yo pensaba en mis corazonadas otra vez, sentía la gloria muy cerca, y José Manuel Abundis casi lo confirmaba con un remate de zurda que horadaba las redes atlantistas, era el 3 a 1ya nos sentíamos del otro lado en la semifinal, pero entre tanta alegría, el Atlante anoto otro gol, tanto que peligrosamente lo acercaba en el marcador, no querían dejar el título así de fácil, se resistían a morir; y por fin el arbitro decretó el final del partido, pareció como si hubiéramos ganado una final, algunos porristas invadieron la cancha con banderas, los jugadores se abrazaban entre ellos, fue una gran alegría el sabernos en una semifinal después de muchos años que no se lograba.

Esa tarde la ciudad de Toluca celebro la clasificación del equipo a la semifinal, fue un festejo modesto pero se celebró el inolvidable hecho, porque faltaba lo más difícil, enfrentar al Santos Laguna, un difícil rival que venía muy embalado, jugando un buen futbol y teniendo buenos resultados. Pero esa ya sería otra historia.

Continuará...

jueves, 11 de agosto de 2011

Recuerdos de la temporada 93 - 94





TEMPORADA 93-94 LLEGARON LAS EMOCIONES A TOLUCA

No sé si un ángel en sueños me advirtió lo que se avecinaba o la razón por la cual en esa precisa temporada yo presentía que el Toluca haría algo grande, muchas veces presentí que por fin seriamos campeones, me sentía seguro y muchas veces lo grite y lo dije a varios de mis amigos y compañeros de escuela, todo mundo se reía de lo que decía, muy pocos eran los que le daban alguna esperanza a los Diablos, y con justa razón, ya que la temporada anterior se sufrió muchísimo y llego a la dirección técnica Roberto Silva, aquel que fuera arquero del equipo en los sesentas y setentas, que por muchos años fue suplente de Florentino López; era su primera oportunidad como técnico en primera división y muchos aficionados dudaban de su capacidad y me incluyo en ellos. Pero mi gran pasión por los diablos me impulsaba a pensar en algo grande.

Recuerdo que antes de que comenzara la temporada le dije a mi papá “ahora si vamos a llegar a la liguilla pá, vas a ver que si” y por obvias razones mi papá respondía con el “si aja, con ese equipo no llegamos ni a media tabla” y la verdad parecia una contestación realista, no se veía como el Toluca pudiera contender por el título aquella campaña, teniendo en cuenta en primera instancia al novel y flamante técnico Roberto Silva y segundo a las incorporaciones realizadas en el Draft y en el extranjero, que realmente parecían desabridas y de dudosa calidad, pues trajeron de un equipo salvadoreño al desconocido delantero brasileño Nildeson Silva de Mello, quien al principio de la temporada destaco anotando goles a racimos pero que por lesiones y muchas borracheras no rindió lo que se esperaba; llego también el hábil y veterano Apolinar Cortés proveniente del descendido Pachuca y que no logro adaptarse al equipo, el flamante delantero Mario Ordiales proveniente del Cruz Azul, Sigifredo Mercado un duro marcador por la derecha, al excelente arquero argentino Hernán Cristante quien demostró su valía como jugador las veces que le toco defender el arco rojo y por último el gran Blas Giunta un excelente medio de contención que venía con gran fama de Boca Juniors y que fue referente de aquel equipo, siendo uno de los mejores jugadores de aquella inolvidable temporada, todos ellos más los que ya estaban en el equipo no lograban convencer a muchos aficionados que se podían lograr cosas importantes para la institución presidida por Don Jesús Fernández del Cojo, un gruñón que conocía mas de cervezas que de futbol.



Equipazo aquel de la 93-94 resaltan Giunta, Mercado y Bernal

Fueron pasando los partidos en aquella inolvidable temporada y los diablos asombraban por lo bien que jugaban al futbol, no tan espectaculares pero se daban los tan anhelados resultados por parte de la afición roja, muchos compararon a este equipo con aquel campeón del 74-75 dirigido por don Ricardo de León, hasta se llegó a decir que el mismo Profesor de León estaba detrás de Roberto Silva, pues se decia que se le vio varias veces visitar al feudo rojo a tan distinguida persona y además porque este nuevo equipo también hacia un pressing similar al de aquella época, haciendo doble línea de 4 jugadores en la defensa y en la media, que lo hacía a veces impasable y más por el portento de mediocampista de contención Blas Armando Giunta, quien dicho sea de paso, siempre dijo que con el pasaba la pelota o el contrario, pero jamás los dos juntos; Giunta acompañaba en el medio campo del equipo a Marcelino Bernal y Jorge Rodríguez, quienes hicieron una gran pareja y también acompañaban en la creación de jugadas al gran mariscal Roberto “pato” Depietri uno de los mejores centrocampistas que ha venido al Toluca y que surtió de muchos balones a De Mello, Cortez, Romero y al novel José Manuel Abundis quién debuto en esta temporada; En la defensa se tenían a hombres importantísimos con mucha entrega y habilidad en la marcación como: Marcos Ayala, Arnulfo Tinoco, Sigifredo Mercado y Horacio Humoller los cuales por sus características de juego se adaptaron a la perfección al estilo de juego impuesto por Roberto Silva y todos ellos juntos formaron una muralla casi infranqueable a lo largo de la temporada con solo 32 goles en contra en todo el torneo, unos números excelentes para lo que los aficionados rojos estábamos acostumbrados.

Uno de los recuerdo que tengo en mi memoria con mucho cariño, es que esa campaña asistimos mi papa y yo al partido Pumas de la UNAM vs Toluca en el Estadio Olímpico en CU, fue la jornada 4, el viernes 2 de septiembre. Desde la mañana me fui con él a su oficina, el en esos tiempos trabajaba cerca de esos rumbos. Recuerdo que llegamos justos al silbatazo inicial, el partido lucia muy complicado para los rojos, hacía mucho tiempo que no ganaban en ese estadio y los Pumas con su juvenil equipo también jugaban muy bien esa temporada.

Toluca inicio el primer tiempo aguantando los embates felinos y jugaba al contragolpe, realmente de lo que recuerdo de aquel partido es que los universitarios no eran tan peligrosos como se creía, pero tenían mucha llegada que no lograban concluir en tiro a puerta; ese fue uno de los grandes partidos que le vi jugar al gran Blas Giunta, corrió todo el partido y por todos los sectores de la cancha, robando balones y repartiéndolos fácil a Depietri quien tuvo la atingencia de guardar el balón cuando se necesitaba y repartiendo pases largos cuando se debía hacerlo; el juego de conjunto del Toluca brillaba y casi para concluir la primera mitad Jorge Rodríguez pondría a los rojos al frente con un derechazo pegado al palo que venció la salida de Jorge Campos, estallamos en grito los pocos rojos que acudimos al estadio, es una emoción muy especial el gritar un gol de visitante; concluyo de esta forma el primer tiempo, con el marcador a favor de los diablos 0 – 1.

Para la segunda mitad se vio al equipo de la UNAM más incisivo en el ataque, y a los diablos manteniéndose como al inicio del encuentro, ordenados y haciendo presión en cada uno de los sectores de la cancha, los nervios me estaban comiendo, casi siempre cerraba los ojos cuando los Pumas llegaban al área roja, mirábamos el reloj a cada rato, se hicieron inmensos los 45 minutos, los aficionados del Toluca que nos sentamos por la misma zona gritábamos porras de aliento a nosotros y a los jugadores, y por fin silbo el final el árbitro, gritamos de algarabía por el triunfo rojo, que contento me puse, salimos con sonrisa de oreja a oreja del estadio, hasta algún aficionado a los pumas por allí nos grito que el Toluca había ganado de pura suerte, lo mire con “ojos de pistola” y solo mi papá tuvo a bien decirme, “comprende el ardor de ellos, no les hagas caso, tu a lo tuyo” sabias palabras de mi jefe.
Ese partido resumió la temporada del Toluca: excelente marca atrás, sufrimiento y contundencia al ataque, alegrías, muchas alegrías.

Continuará...