Toluca volvió a creér en su equipo.
Los partidos pasaban y el equipo se veía sólido, era difícil arrancarle alguna victoria o empate tanto de local como de visitante, al fin los diablos conseguían una gran campaña, la ciudad comenzaba a creer en sus diablos rojos, yo cada fecha de la campaña que pasaba sentía que mi corazonada de antes de iniciarse la temporada iba por excelente trayecto, soñaba con que mis diablos iban levantar la tan añorada copa de campeón de liga y la verdad es que el equipo me daba muchas alas para seguir con mi sueño, pues los diablos volvían a dar de que hablar en el futbol nacional quedando en el tercer lugar de la tabla general de dicha competencia.
El Capitan Marcelino Bernal. Pilar del equipo rojo de esa temporada.
Llegaba de nuevo una liguilla a la ciudad de Toluca en aquella temporada con un equipo muy competitivo, el equipo con sus buenos resultados había generado mucha expectación entre los aficionados rojos y en los que no también, ya que por muchos años la afición toluqueña habíamos sufrido del ayuno de vivir una liguilla por el título de liga; de nuevo se volvieron a ver banderas rojiblancas por la ciudad, la gente de nuevo se enfundo en los colores rojos, toda la ciudad le volvió a ir al Toluca.
Y llego el primer partido de liguilla de la 93 – 94, Toluca como tercero de la tabla general debió enfrentar al actual Campeón de ese entonces “los potros de hierro” del Atlante dirigidos por Ricardo Antonio La Volpe y quienes entre sus filas contaban con la ex-estrella roja Wilson Graneolatti y quien dicho sea de paso era el alma del conjunto “azulgrana” de esa época.
El primer partido de los cuartos de final de disputo en el estadio Azulgrana ahora estadio Azul en la Colonia Noche Buena la noche del 14 de abril de 1994, mi familia y yo nos disponíamos a ver dicho encuentro en el comedor de casa, en la merienda, pues desafortunadamente no pudimos asistir al estadio.
El partido comenzó con un Atlante muy enjundioso al ataque, pero los rojos supieron contrarrestar los empates locales con orden en todas sus líneas y excelente marca a los jugadores clave de los potros como: Andrade, Trapazo, Cantú y Salvador; y fueron precisamente los Diablos Rojos del Toluca los que se fueron al frente en el marcador, casi al finalizar el primer tiempo por conducto de Arnulfo Tinoco con un excelente remate de cabeza a servicio de Marcelino Bernal en tiro de esquina, venciendo al cancerbero Félix Fernández, fue la locura en la casa, los gritos se escucharon en toda la cuadra, ¡volvíamos a saber lo que era que el Toluca anotara en la liguilla!, fue un gol especial, nos daba mucho aliento; así termino el primer lapso del partido con marcador favorable a los rojos 0 a 1 sufrido, pero se ganaba.
Una de mis alineaciones favoritas en la 93-94 sobresalen mi compadre Hernán Cristante y Nildeson Silva de Mello
Para la parte complementaria me imagino que el estratega La Volpe hablo fuerte en el vestidor con sus jugadores y movió sus piezas, se vio a un Atlante volcado al frente y a un Toluca aguantando con la excelente marca de todos sus líneas y con la suerte algunas veces ante las buenas atajadas de Juan “el venado” Gutiérrez, pero fue casi al finalizar el encuentro cuando el delantero argentino Christian Trapazo empato los cartones con un zurdazo que venció la estirada de Gutiérrez, ese gol cayo como agua helada en la ciudad de Toluca, me entro un vacío en el estómago, un poco de impotencia por lo que había ocurrido, pues se escapaba la victoria y casi la inminente calificación a cuartos de final, pero ya esperaba ansioso el partido de vuelta aquí en nuestra casa “La Bombonera”.
El día esperado para muchos aficionados rojos llego el 17 de abril de 1994 la liguilla volvía a la cancha de la bombonera que registró un lleno que hacía mucho tiempo no se daba, para mí fue muy emocionante ver aquellas tribunas llenas de aficionados rojos, aquellas mismas tribunas que tiempo atrás eran gélidas y hostiles para muchos, casi nunca las había visto llenas de puros aficionados al Toluca; en fin, todo estaba servido para que los diablos ganaran el partido e instalarse en las semifinales del campeonato 93-94.
Aquel día el diablo mayor preparo algo muy especial para la salida de los jugadores, muchos cohetones estruendosos y más banderas, era una fiesta total; no había nadie en el estadio que no gritara porras, nadie que no tuviera puesta la gloriosa camiseta roja, algo inolvidable.
Inicio vertiginosos el primer tiempo, con ambas escuadras al frente, se vio un futbol muy ofensivo y fueron los potros los que se fueron al frente con un remate de cabeza de Graneolati que nos dejó fríos por un rato, pero no dejamos de apoyar al equipo con el clásico gritos que por cierto hace tiempo no escucho en la bombonera de: ¡Toluca, Toluca, Toluca! Los diablos se fueron al frente y el gran Marcelino Bernal emparejo el marcador con un derechazo de fuera del área venciendo el gran lance de Fernández que poco pudo hacer ante el gran disparo rojo, ¡exploto la bombonera! Los gritos y porras cada vez fueron más fuertes y al poco tiempo Jorge Rodríguez nos puso al frente, ¡era una autentica sucursal del manicomio la bombonera! El Toluca estaba en camino de ir a una semifinal; en mi mundo yo pensaba en mis corazonadas otra vez, sentía la gloria muy cerca, y José Manuel Abundis casi lo confirmaba con un remate de zurda que horadaba las redes atlantistas, era el 3 a 1ya nos sentíamos del otro lado en la semifinal, pero entre tanta alegría, el Atlante anoto otro gol, tanto que peligrosamente lo acercaba en el marcador, no querían dejar el título así de fácil, se resistían a morir; y por fin el arbitro decretó el final del partido, pareció como si hubiéramos ganado una final, algunos porristas invadieron la cancha con banderas, los jugadores se abrazaban entre ellos, fue una gran alegría el sabernos en una semifinal después de muchos años que no se lograba.
Esa tarde la ciudad de Toluca celebro la clasificación del equipo a la semifinal, fue un festejo modesto pero se celebró el inolvidable hecho, porque faltaba lo más difícil, enfrentar al Santos Laguna, un difícil rival que venía muy embalado, jugando un buen futbol y teniendo buenos resultados. Pero esa ya sería otra historia.
Continuará...
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